VIDEO

lunes, 28 de diciembre de 2015

Son una plaga las palomas?......diferenciar...no?

LAS PALOMAS MENSAJERAS

NO SON COMO LAS CRIOLLAS DE LOS PARQUES


Piden una ley para controlar su superpoblació n. La situación es caótica. Además de transmitir enfermedades, dañan el patrimonio urbano y perjudican a los cultivos. Pero no se las puede matar por ley. Qué hacer para protegerse.

Un proyecto de ley presentado a principios de junio en el Congreso nacional propone que se declare plaga a la superpoblació n de palomas en la Argentina. La información aparece para disparar un debate y cuestionar, además, aquella metáfora que las señala como mensajeras universales de la paz: ocurre que no sólo serían portadoras de buenas noticias .Para la Organización Mundial de la Salud, una especie es plaga cuando su aparición masiva puede dañar a poblaciones animales, vegetales y humanas. Según la propuesta y los médicos veterinarios consultados por Clarín , este animal en apariencia inofensivo es la pesadilla de productores agropecuarios, un enemigo del patrimonio arquitectónico urbano y además una amenaza para la salud pública por el tipo de enfermedades que puede transmitir.
âLa población de palomas crece 3,6 veces por año y genera perjuicios para el campo y para los habitantes de las ciudades: es una grave plagaâ , explica el diputado pampeano, Ulises Forte, autor del proyecto, que exige además la creación de un organismo de control, dependiente de la Secretaría de Agricultura y del Ministerio de Salud.
âEsto es algo muy conocido por quienes vivimos en la ciudad de Buenos Aires, en La Pampa, San Luis, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Chaco y Tucumán, donde la situación es caótica âagregaâ. Pero, hasta hoy, el combate contra ellas queda librado a criterios personales. Muchas veces se usan métodos improvisados y la situación entonces se anarquizaâ.
En el campo, las palomas picotean, comen los cultivos y provocan pérdidas inesperadas.
En la ciudad, los efectos se multiplican. Su materia fecal produce un hongo corrosivo que daña la superficie de monumentos y edificios. Un caso conocido es el de Venecia, en Italia, donde las autoridades llegaron a aplicar multas a quienes les dieran de comer porque ya no sabían de qué modo preservar las reliquias de la ciudad.
Pero el punto más crítico sigue siendo el de las enfermedades. En Madrid, un estudio del Centro de Investigación de Sanidad Animal acaba de confirmar lo más temido: que la gran mayoría de las palomas urbanas son portadoras asintomáticas de diferentes virus y son reservorios de bacterias nocivas para la salud. Más cerca, en Bahía Blanca, llegaron a leerse carteles que advertían: âNo se acerque a las palomas, cebos tóxicosâ.
El Instituto de Zoonosis Luis Pasteur investiga enfermedades transmitidas de animales a seres humanos. Su director, Oscar Lencina, opina: âLas palomas son plaga âdiceâ en el sentido de que no tienen predadores y eso cobra mayor magnitud en las ciudadesâ.
âTransmiten enfermedades bacterianas como la psitacosis âsigue Lencinaâ, que si no se trata puede derivar en una neumonía atípica que puede llegar a matar. También Escherichia coli , a través de la materia fecal. Ocurre que, cuando los tanques de agua no están tapados, defecan adentro y eso provoca fundamentalmente diarreas. Además, un ácaro en su pluma da sarna y cuando hay mucho contacto con ellas pueden contagiar piojosâ.
El gran problema, destacan los especialistas, es que se reproduce a un ritmo frenético, ya que carece de predadores por no ser un ave autóctona, sino una especie introducida.
Los primeros ejemplares llegaron a la Argentina en 1880 durante el gobierno de Julio A. Roca, importados como material de guerra . âMucho antes de la existencia de las comunicaciones telegráficas, las palomas fueron utilizadas por los ejércitos para la transmisión de mensajes. Fueron el primer medio de comunicaciónâ, asegura Guillermo Hernández, secretario de la Asociación Colombófila Argentina. El proyecto de ley en curso deja de lado la disciplina que Hernández practica por tratarse de una actividad puramente deportiva. âPero es cierto âreconoce el colombófiloâ, ahora son una plaga que no tiene control: un solo ejemplar puede dar hasta diez crías en un añoâ.
La ley nacional 12.913 prohíbe la matanza de palomas en el país. Por eso, para aplicar políticas de control de población, es necesario atravesar la instancia parlamentaria. âLo delicado âagrega Hernándezâ es que eso puede despertar la bronca de las asociaciones protectoras de animalesâ. âYa pasa âconcluyeâ. En las páginas amarillas se ofrece el servicio de control de población, que no es otro cosa que matarlas. Pero lo dicen camuflado porque por ahora está prohibido