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lunes, 30 de marzo de 2015

La Reina del Aire César Aguado Benítez

La Reina del Aire
César Aguado Benítez


César es un ícono de la colombofília argentina,nadie lo puede negar.

La velocidad de la paloma mensajera de carrera, se supone que es la resultante del tiempo empleado desde el punto de largada de la carrera al punto de llegada de la misma, pero ello no es real. Sí lo es cuando hablamos del humano atleta en las carreras en pista, del caballo en el hipódromo, del perro en el canódromo, etc., en los cuales los tiempos siempre se corresponden con la distancia realmente recorrida, aunque en el caso humano en las carreras de velocidad pura, no se homologuen los tiempos para reconocer récords cuando el viento fue favorable y de determinada intensidad, pero en el caso de las palomas de carrera todo esto no es así.
Las razones que he sostenido y sostengo para ello son muchas y variadas y paso a enumerar algunas de ellas:


1- la paloma de carrera, en todos los casos disputa carreras en distancias medidas en línea recta, por kilómetros más algunos metros en ciertos casos, pero siempre son miles.

2- la paloma mensajera de carrera no siempre vuela, durante todo el recorrido de la misma, a una misma altura, salvando obstáculos y aprovechando corrientes ascendentes o de mejor vuelo, lo cual hace que no describa una línea recta sino ondulante, que si la extendemos, resulta que el recorrido es mayor al calculado en línea recta.

3- la paloma de carrera durante su vuelo va corrigiendo permanentemente la deriva, como lo hacen incluso los aviadores, y también por ello siempre se alarga el recorrido, llegando en muchos casos a ser realmente significativo por distintas razones que los colombófilos bien conocen, pero que no son tenidas en cuenta en los cálculos, lo cual si se quisiera hacer es realmente muy difícil o imposible. La esperanza es que en el futuro los avances de la ciencia lo permitan.


4- seguiré enumerando algunos de los inconvenientes que deben superar nuestras queridas palomas mensajeras de carrera:

a) los vientos, que pueden ser suaves, fuertes, o fuertísimos, he incluso huracanados. Esos vientos pueden ser a la cabeza, al ala, a la cola, o de direcciones intermedias, y en la gran distancia muy cambiantes. 

b) la topografía que encuentren en la línea de vuelo, la cual deben sobrevolar o bordear, y en ambos casos puede aumentar significativamente la distancia recorrida para llegar al palomar particular o al Colombódromo. Surge aquí el interrogante que me formulan en las charlas los amigos colombófilos respecto hasta cuantos metros pueden elevarse las mensajeras de carrera, y debo responder que no se hasta cuantos podrían hacerlo, pero si se que en carreras de la AILAC y en el gran fondo hemos visto superar los tres mil y más de cuatro mil metros, incluso con picos nevados, y luego bajar para volver a subir para superar el siguiente obstáculo, hasta llegar a destino, lo cual hace que la variación de temperatura sea muy marcada, siendo un inconveniente mas.

c) la niebla, que en nuestro medio es tan frecuente y en ocasiones con lluvias es otro de los obstáculos que nuestras atletas deben superar, y es oportuno recordar que hasta algunos aviones no salen ni aterrizan con nieblas muy cerradas. En el caso de las nieblas cerradas muy bajas o " rastreras " quienes manejan en ruta saben lo dificultoso que resulta avanzar, nuestras corredoras las superan sobrevolándolas, pero cuando la niebla cerrada es muy elevada la bordean hasta encontrar un paso despejado, en algunos casos sabemos que han recorrido mucho kilómetros y por ello hemos recibido a las competidoras de un rumbo muy distinto al que debiera ser, lo que hace que la realidad de las distancias a cada palomar queden totalmente distorsionadas por más inclinaciones compensadas que se hayan aplicado.

El problema es una vez más como calculamos la distancia recorrida y conocer consecuentemente a que velocidad realmente se voló.

Es así como denominar carrera de velocidad a las corta distancia es una paradoja, y yo me siento responsable por haber establecido en Argentina, cuando fui presidente de la FCA, esa clasificación en las exposiciones, que por primera vez se hicieron por la distancia corrida, en lugar de la clasificación que se hacia por colores, que nada tenían que ver con los meritos deportivos, pero lo hice para que nos entendiéramos también en el plano internacional, sabiendo que lo que correspondía era decir de corta distancia, medio fondo, fondo, y gran fondo, por el kilometraje teóricamente recorrido, según la medición en línea recta entre el punto de largada y el de llegada.

Para demostrar una vez más, que en colombofilia la distancia teórica no guarda relación con la velocidad real, en un articulo que se publicó hace ya varios años, demostré que en las carreras disputadas en ese año en Bélgica en medio fondo, según el promedio de las mismas se cumplieron a mayor velocidad, que las disputadas en promedio, en la corta distancia.

No tomé como referencia los resultados registrados en los países con colombofilia de America Latina, porque conozco muy bien como se desarrollan las carreras en los principales países colombófilos de la Europa central y en los nuestros, no solo por haberlos vivido sino por la información con que cuento. En nuestro medio las variaciones de tiempo son mucho más frecuentes, y además se largan las carreras en general sin tomar en consideración en el momento de la suelta el estado del tiempo en el recorrido, por ello en Bélgica los largadores esperan la debida información para hacerlo, que incluso se transmite por radio y todos los colombófilos saben entonces a que atenerse, no obstante ello se suelen producir inconvenientes imprevistos.

d) además de todo lo señalado, en la velocidad que puedan desarrollar las palomas también influye la presión atmosférica y la humedad.


Hace años, más precisamente a principios de los `50, luego de muchas investigaciones y experiencias hechas en llanos de La Rioja, soltando palomas jóvenes, en medio de halcones para que regresaran al palomar en la ciudad de Catamarca, dije que la paloma mensajera de carrera correctamente volada y con sus diez remiges bien desarrolladas, con el canuto de la décima ya seco, podían desarrollar, al menos en tramos, hasta alrededor de 200 Km. por hora, y en los años siguientes en algunos casos ello fue evidente.
Por supuesto en este caso, como en muchos otros por lo que he sostenido y sigo sosteniendo, surgió el reconocido anatema de los ignorantes envidiosos de siempre, pero yo he seguido y seguiré mientras los años no me hagan una mala jugada, con la etiología que me permiten los distintos fenómenos que brinda la colombofilia, y por considerar que en el conocimiento colombófilo, como lo hago también en otros campos del saber, no se debe proceder en forma esotérica, por ello los amigos colombófilos seguirán recibiendo mis conocimientos y experiencias.

5- A continuación hago referencia de algunos ejemplares, y hechos realmente formidables que dan una clara idea de lo que puede llegar a hacer una paloma mensajera de carrera, de gran calidad, sana, bien preparada, enamorada de su hábitat, con sus remiges primarias realmente completas, y gran empatía con quien la entrena y alimenta, más que cualquier otro recurso para incentivar la seguridad y velocidad en su regreso, especialmente en la gran distancia.



a) el record de velocidad en una carrera en Argentina, con registro fehaciente, fue el establecido por la paloma Nro. 570463, de propiedad de un reconocido colombófilo de la provincia de San Luis, el señor Antonino Cutropia, hombre de la Fuerza Aérea Argentina destinado en la Patagonia, con palomar en la cuidad de Comodoro Rivadavia, que ganó una carrera largada desde Camarones. 


La paloma cumplió el trayecto a un promedio de 189,712 kilómetros por hora. Sabemos que la ganadora al igual que las restantes clasificadas, volaron a una distancia mayor, aunque no muy significativa por ser la distancia a recorrer corta, pero para hacer ese promedio en los tramos más favorables debe de haber llegado a los 200 Km. por hora.

b) luego de este ejemplo de gran velocidad en nuestro medio, paso a otro de velocidad importante en la gran distancia, esto es en más de 1000 Km., en línea recta. De las carreras a gran distancia que se disputan en Argentina sobre más de 1000 Km. y marcando en el mismo día de la largada, he elegido al palomar del
Dr. Zubeldia, de la Asociación La Viajera Mercedina, de la provincia de Buenos Aires, quien en sociedad con el Sr. Caputo, han ganado en dos oportunidades la carrera desde Zapala, provincia de Neuquén –algo muy infrecuente-, cubriendo la distancia de 1081 Km. al palomar a un promedio de 96 Km. y 180 metros en el primer triunfo, es decir casi 97 Km. por hora, pero en esa distancia, sin lugar a dudas, han sido muchos más los kilómetros recorridos realmente, sin saber cuantos, pero conociendo además la topografía del recorrido que deben sobrevolar, sumados a las importantes correcciones de las derivas causadas por distintos factores, sabemos que la velocidad real ha sido muy superior.

c) el otro ejemplo, en este caso de gran resistencia que señalo, también es de Argentina, sabiendo que en otros países con importante colombofilia, excepcionalmente pueden darse casos similares.

La famosa "tapada", hembra titular del equipo de fondo en el palomar de los hermanos Brunacci, y medio hermana de la reconocida fondista "pinky" por parte de padre, que corrió en el palomar de J. C. González Riega cuando fuimos socios y ganamos el Campeonato de Fondo General Belgrano (años `70), demostró una vez más que los genes mandan.

La "tapada" Nro. 300.117 corriendo tambien, años después, el Campeonato de Fondo en el que podian participar todos los palomares de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires, y son muchos, en un radio de aproximadamente 60 Km., ganó la carrera que se largo en el Sur de la provincia de Buenos Aires a las 6 a.m., con viento en contra bastante fuerte. Cuando todas las competidoras salieron de las canastas, comenzaron imprevistamente ráfagas de viento de hasta 110 Km. por hora, siempre en contra. Los largadores tuvieron que buscar las canastas que en medio del campo rodaron hasta el cerco de alambres de púa más próximo, y por supuesto con ese ventarrón no pudo formarse el  “bandadón", produciéndose una gran dispersión de las competidoras.

Las violentas ráfagas continuaron más espaciadas hasta las últimas horas de la tarde, y ya de noche el viento suave continuo soplando de la misma dirección. 
Cuando a las 22 horas y 11 minutos fue constatada la tapada, no lo podíamos creer, como no lo podian creer los colombófilos que fueron informados del acontecimiento, ya que la mayoría estaba durmiendo para esperar a la madrugada sus competidoras, pues por la información meteorológica se suponía lógicamente que ninguna paloma llegaría a destino en el día de la largada, pero la "nochera", así rebautizada la “tapada” luego de su proeza, continuo volando ya entrada la noche, lo que hizo suponer a algunos que las demás palomas estaría descansando luego de un vuelo tan duro y que a primera hora al inicio de la madrugada comenzarían a llegar a sus respectivos palomares, pero no fue así.
Esta maravillosa ejemplar, que voló mas de 16 horas seguidas, pasó ya bien repuesta a la reproducción, porque evidentemente su musculatura tenia una capacidad excepcional para eliminar las toxinas, además de un carácter a toda prueba. Así fue como en los años siguientes con tres diferentes machos reproductores, dio una descendencia buenísima, entre ella un ganador del Federal de Adultas y una hembra tardía ganadora del Federal de Pichones (Jóvenes).

Para los amigos colombófilos fuera de Argentina, el "Federal" es normalmente la última carrera que corre la categoría y por ello es la más larga.

d) los siguientes ejemplos que doy ratifican mi opinión sobre la velocidad calculada sobre la distancia tomada en línea recta, entre la salida y la llegada, que nada tiene que ver con la real velocidad desplegada por la paloma mensajera de carrera para llegar a destino.

Para dar ejemplos he preferido dejar de lado en esta ocasión, la experiencia que tenemos en nuestro medio, en especial el de la colombofilia que practican los colombófilos en la precordillera, es decir en nuestras provincias al pie de la Cordillera de los Andes, incluso la que tenemos de cuando corríamos en Tucumán desde el Norte, partiendo especialmente de territorio salteño. 


En America latina tenemos, fuera de Argentina también experiencias interesantes, que he tenido la satisfacción de conocer y valorar en mis frecuentes visitas a los países hermanos, y especialmente en las carreras de la AILAC que me han permitido sacar importantes conclusiones, en Colombia, en las cuatro sedes que se cubrían entonces con el "colombódromo móvil".

La carrera del Colombódromo de Bogotá, ubicado a 2.600 metros sobre el nivel del mar, se largó aproximadamente a pocos metros del Mar Caribe, y las competidoras debieron subir a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar para pasar la cordillera y bajar luego hasta el colombódromo. Para complicar la carrera ese día llovió en el trayecto y a la llegada aun lloviznaba. Afortunadamente para mí, las primeras en llegar entraron espaciadamente al palomar, y lo digo porque los delegados de todos los países participantes me habían honrado con la designación del rol de juez único de llegada. 


Ahora los amigos se pueden preguntar, una vez más, que tiene que ver la resultante de la clasificación por la distancia tomada en línea recta, con el real recorrido que debieron hacer para llegar.

Una vez más comprobamos la extraordinaria capacidad deportiva de nuestras palomas mensajeras de carrera.

Recientemente tengo otro ejemplo para dar con el comentario pertinente ya que hay algunos hechos que merecen ser destacados.
Me refiero a la carrera que se disputo desde Quito, capital del Ecuador, ubicándose el lugar de la largada a 2.850 metros sobre el nivel del mar, luego de que se despejara la neblina frecuente en la zona, y se podía ver las montañas se procedió a efectuar la suelta y las competidoras se elevaron, perdiéndose de vista por la nubes bajas que debieron superar para pasar las montañas y picos volcánicos de más de 4.000 metros que rodean la ciudad volando rumbo al norte, para bajar luego hasta entrar al Valle del Cauca y luego volver a subir, superando intensos fríos en las alturas y calores insoportables cuando bajaban, y así continuó la ganadora hasta llegar al palomar ubicado en Bello, localidad a más o menos 20 Km. de la ciudad de Medellín, y a 1.400 metros de altura sobre el nivel del mar. El paso de montaña para entrar a Valle de Medellín se encuentra a 2.800 sobre el nivel de mar.

Y aquí tenemos algunos datos interesantes, ya que la ganadora de nombre "la diana" Nro. 008704 era la tercera vez que participaba en esta carrera, llegando segunda el año pasado y ahora fue la única en correr y clasificarse tres veces en esa carrera. Conviene recordar que además de la dura topografía que deben superar, los cambios de temperatura son realmente significativos, además la zona es de muchos halcones y tambien tienen que pernoctar con todos los peligros que ello implica, pero los superó a todos y a la mañana temprano de día siguiente fue constatada con más de 20 minutos de ventaja sobre la siguiente competidora. El palomar es de José Guillermo Palacios, dueño de la ganadora, ubicado a 800 Km. de Quito en línea recta, y está instalado en la casa de su madre, dona Elvia Patiño de Palacios, que pese a sus 80 años, es quien cuida y entrena el plantel, ya que su hijo por sus obligaciones en el periódico local "El Colombiano", solo puede ver sus palomas los fines de semana, y dar las indicaciones que corresponda.

Más de una vez he dicho, por haberlo constatado, lo peligroso que resulta para otros competidores, que una dama participe en la preparación y cuidado de un plantel, fundamentalmente porque en general son más delicadas en el trato de las palomas y así se establece una notable empatia entre las competidoras y la dama. Felicitaciones de todo corazón a doña Elvia y a su hijo José Guillermo por el triunfo obtenido, y también a Luis Carlos Saldarriaga, al igual que al veterano Rafael Isaza González, por sus logros en tan difícil carrera.
Me imagino que cualquier informado quisiera tenerla a "la diana" en su plantel reproductor.

Nuevamente me pregunto a que velocidad volaron esas palomas y cuanto kilómetros más recorrieron de los medidos en línea recta, cuando además de las subidas y bajadas realmente importantes debieron además rodear con seguridad un macizo de más de 120 kilómetros de frente con cumbres de más de 4.500 metros.

6-con los pocos ejemplos que he dado, creo que no cabe la menor duda que la paloma mensajera de carrera es la gran e indiscutida atleta del aire y que las distancias que figuran en los cálculos de cada carrera son siempre inferiores a los realmente recorridos, y consecuentemente la velocidad que reconocemos es también inferior a la realizada para llegar.


Me quedan otros temas, algunos polémicos, para tratar que los iré desarrollando en la medidas de mis posibilidades.

7-es importante que se reconozca como "reina del aire" a nuestra querida paloma mensajera de carrera que no solo simboliza indiscutidamente al espíritu santo, a la paz y al amor, sino que en servicio ha llegado a dar su vida para salvar la de seres humanos. A todo ello se agrega su gran capacidad atlética que les permite a los colombófilos disfrutar felizmente en alegría con familiares y amigos los éxitos logrados en sana competencia.
No es posible que la mayoría de las personas desconozca quien es "la paloma mensajera de carrera" y que supuestos ilustrados sigan insistiendo, y lo seguimos viendo permanentemente por televisión, que el chita es el animal más rápido del mundo. Reconozco que es muy rápido entre los cuadrúpedos, aunque muchas veces no puede apresar a la frágil, esquiva, y veloz gacela, pero esa gran velocidad la desarrolla en muy pocos metros, mientras que nuestra paloma mensajera de carrera, que tambien pertenece al reino animal como hemos visto es mucho más veloz, y lo es en miles de metros. Corresponde entonces aclarar cual es el animal más veloz.


8- es necesario difundir la colombofilia, utilizando en las medidas de las posibilidades, todos los medios de comunicación masiva, y estar siempre presentes en los actos oficiales de trascendencia, que se realicen a cielo abierto y en horario con luz solar, como lo he sostenido muchas veces, incluso para que la actividad colombófila no se vaya debilitando pero para ello se que se necesita imaginación y perseverancia, de las que no siempre es posible disponer.
Como siempre quedo a disposición de los amigos colombófilos para lo que gusten, en el país y más de allá de nuestras fronteras.

César Aguado Benítez

Nota: a todo lo dicho en el articulo precedente, que ya ha llamado la atención de muchos en las exposiciones de su autor, debemos agregar en relación a cuanto hace a la real velocidad de nuestras apreciadas palomas de carrera, que en las largadas de las carreras pueden salir en ocasiones directamente en rumbo, pero las más de las veces evolucionan en bandada sobre el punto de largada antes de emprender el regreso, y cuando la posibilidad de orientación no es buena, por distintos factores, ello se produce por tiempos prolongados, lo cual incide también en el promedio de la velocidad real del vuelo, al igual que la disminución obligada de la velocidad para bajar al palomar y también ser constatada.

Federico Arias


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