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domingo, 2 de agosto de 2015

El Ala Blanca de OSVALDO VIGNALE BAJO

EN VEINTE HORAS CUBRIÓ MAS DE 1.400 KILÓMETROS




EL "ALA BLANCA" 
de OSVALDO VIGNALE 
BAJO

Bajo el fuego graneado de la artillería, cuando se producen las interrupciones entre las líneas, cuando los aparatos radiotelefónicos quedan destruidos y el puesto de comando se quiebra, entonces es cuando hace su aparición la valiente paloma mensajera como única esperanza. Ella afrontará sin miedo el terrible infierno de la guerra, se remontará por los cielos y se dirigirá hacia su palomar para cumplir, como nadie, su salvadora misión.
Bien conocidos son ya los valiosos servicios que prestan estos pequeños animales desde hace muchos años y la importancia de la labor que desarrollan no sólo en los conflictos bélicos, sino también en los medios de comunicación. 


Entre nosotros, en la Argentina, estábamos seguros de poseer ejemplares extraordinariamente veloces — algunos alcanzaron hasta 140 kilómetros de promedio por hora, — pero nos faltaba la experiencia de poner a prueba nuestras palomas en largas distancias. Y ahora ya la tenemos. Acaba de cumplirse magníficamente la primera gran "maratón" colombófila, cubriéndose en poco más de 20 horas de vuelo los 1345 kilómetros que existen entre San Carlos de Bariloche y Buenos Aires.

Además del valor deportivo, de la hazaña, cuya utilidad alcanza grandes proporciones, la importancia militar que encierra la misma es digna de tenerse bien en cuenta. Equivale a la posibilidad de adiestrar planteles de vuelo dirigidos de la frontera sudoeste a retaguardia.

677 PALOMAS SE SOLTARON EN BARILOCHE

Corresponden el honor y la satisfacción de haberse arriesgado a organizar esta carrera de largo aliento a la Sociedad Colombófila de Lomas de Zamora, prestigiosa entidad del sur que ya el año anterior, y a manera de ensayo, hizo una suelta para sus socios desde Bariloche, que ganó M. A. Chavarri.
En esta ocasión, hace pocos días, fueron largadas, en un acto que adquirió la solemnidad de todo un acontecimiento, 677 palomas.


Como en todas estas empresas de riesgo, se debieron lamentar pérdidas de ejemplares, pero el saldo no ha podido ser más halagüeño. El notable tiempo de poco más de 20 horas de vuelo efectivo que da un promedio de 67 kilómetros, es bien elocuente. Más aún si se tiene en cuenta que las competidoras fueron largadas a una hora perjudicial, las 10, encontrándolas la noche, que les obligó a interrumpir la carrera para esperar el amanecer.





EL GANADOR DE LA PRUEBA

Osvaldo J. Vignale es el nombre del joven colombófilo, representante de la Sociedad San Lorenzo de Almagro, dueño de la paloma ganadora, esta, que es el fruto de una excelente cruza de las más finas razas, es llamada "Ala Blanca".
Su dedicación y el entusiasmo con que adiestra a los ejemplares de su palomar le han valido a Vignale triunfos resonantes, sobre todo este último, con el que ha logrado brillante consagración.
La prueba significó una performance excepcional para Jacinto Mendozzi, otro entusiasta colombófilo de San Lorenzo de Almagro, quien conquistó dos puestos, el segundo y sexto, entre los nueve que solamente se clasificaron-el primer día de llegada. Tercero fué el doctor Antonio Goyechea, presidente de la Sociedad Nicolás Avellaneda.


LA PASIÓN DEL COLOMBÓFILO


Como en los caballos de carrera, en las palomas intervienen múltiples factores de raza y preparación. En los cuidados de estos detalles reside la gran pasión del colombófilo. Las razas más destacadas, las que dieron mayores resultados en nuestro país son las Wegge, Groters, Hansenne, van Schingen, Ulens, Vekemans y Sofflé, habiendo dado algunas cruzas de ellas resultados estupendos. Por lo general, una paloma vive de 12 a 14 años, y deja de ser pichón al año.


Un método sencillo las enseña a dar los "primeros pasos" para reconocer su palomar. Es el del hambre. Llevadas gradualmente a distintos puntos, buscan su comida en cuanto las dejan. De esta manera se las ayuda a robustecer cada vez más su singular don de la orientación. El período de los vareos es también sumamente atractivo, dependiendo en gran parte de este adiestramiento el éxito posterior.

EL ASPECTO MAS INTERESANTE

Por las emociones que depara, tiene la colombofilia su aspecto más interesante en los concursos. Comprende ésta los preparativos preliminares, la carrera y la comprobación.
Un día antes del fijado para la suelta, el aficionado lleva a la entidad a que pertenece el lote de palomas que a su juicio están mejor entrenadas para la distancia estipulada. En la sociedad se les coloca un anillo de goma, de control, que tiene dos cantidades de tres cifras y una letra de la serie. Estos números y letras, así como también el número de identidad del ave, quedan anotados en un libro y planillas especiales.


Después del anillamiento se colocan las palomas en canastos de regular tamaño, en los que caben veinticinco ejemplares. Luego son transportadas a la estación del ferrocarril, donde las recibe el encargado del circuito. Ya en el punto de la suelta, el conductor coloca en fila las canastas. Se cortan después los precintos y se abren aquéllas a la hora indicada oportunamente. Al verse libres, las palomas se elevan, juntándose de inmediato en bandada y formando un amplio circulo con el objeto de orientarse. Casi siempre una, la que está mejor ese día, toma el comando del lote de su palomar, y se las ve entonces rumbear hacia la querencia, siguiendo a la primera.


Entretanto, el aficionado aguarda en su palomar, haciendo cálculos sobre la posible hora de arribo. No bien divisa el vuelo de una de sus palomas, se prepara para llamarla con un silbato, a la vez que larga un "señuelo", que es otra paloma, para que la atraiga. Cuando la competidora posa sobre el techo, el dueño la arrea con una larga paña, haciéndola entrar en el palomar. 


Esto dura apenas unos segundos. Luego viene la tarea de quitar al animal el anillo de control sujeto a una de las patas, de colocarlo en una cajita y de introducir ésta en el reloj comprobador. Caben dentro de este reloj especial numerosas comprobaciones. Terminada esa operación, el reloj es llevado a la sociedad a que está afiliado el aficionado, teniendo para ello un término de dos horas y media de marcada la primera participante.
Los cálculos para establecer los resultados se realizan en base a tablas de logaritmos, teniendo en cuenta los tiempos y las distancias registrados.





LA ORIENTACIÓN DE LAS PALOMAS: UN FENÓMENO NO DESCIFRADO

Lo mismo que el olfato y la vista en otras especies, en las palomas mensajeras la orientación parece ser un nuevo sentido. Sobre esto se ha hablado bastante, pero la incógnita subsiste. Unos han dicho que se debía a la electricidad, a la cual son muy sensibles las palomas. Otros afirman que se debe a las corrientes telúricas, y otros a fuerzas magnéticas. Mauricio Maeterlinck, en "La vida de las palomas", dice: "Las más recientes teorías sitúan este sentido de la orientación en los canales semicirculares de la oreja, canales que desempeñarían el papel de receptores radiogonométricos.


 Dicho en otros términos, que captarían ciertas ondas, de las cuales unas son conocidas y otras desconocidas. Nosotros obedecemos también a innumerables ondas, de cuya existencia hemos llegado a tener pruebas evidentes."
Como puede comprobarse, es éste un fenómeno no descifrado. Lo que es verdadero es que el amor al lugar en que nació, mueve a este animal a regresar a su palomar por el camino más corto.

INNUMERABLES HAZAÑAS





El anecdotario tiene a la paloma mensajera como héroe de innumerables hazañas. John W. Tooths, en "La guerra de los boers", hace esta descripción: "Aquella paloma parecía haber recibido la bala en pleno cuerpo. La vimos descender en línea recta, como un avión alcanzado por una bomba, y enderezarse de pronto, describiendo acto seguido varios círculos concéntricos, como si acabara de levantarse de su palomar, y partir luego en vuelo oblicuo hacia el oeste con una velocidad de proyectil. Respiramos, nos miramos unos a otros. El mensaje se había salvado. En nuestro egoísmo de combatientes nos preocupaban sólo esas pequeñas líneas de socorro que conducía la paloma herida, y no la suerte que pudiera caberle al pobre animal. "Petty" (la paloma) llegó. El socorro nos fué enviado. Luego supimos que "Petty" murió, no bien entregado su mensaje, a consecuencia de una hemorragia interna."


"Cher Amí", otra lamosa paloma perteneciente al "batallón perdido" del mayor estadounidense Charles Whittlesey, fué protagonista de este hecho: "Un día el batallón quedó rodeado por fuerzas enemigas, y el mayor soltó sus únicas seis mensajeras, cuando el telégrafo de campaña habla sido destruido. Cinco de las palomas fueron muertas, y la sexta — "Cher Amí" — logró atravesar el fuego con una bala en el cuello y una pata quebrada. De más está decir que la valiente "heroína" llegó a destino y el batallón pudo ser salvado de un exterminio seguro."


Y como ejemplo de resistencia recordaremos que en 1938, una paloma del ejército francés voló desde Francia hasta el Brasil. Allí, en las islas de las Rocas, en pleno océano Atlántico, fué capturada mientras descansaba en lo alto del faro de esas islas.
revista mundo argentino
1942


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JUAN LUIS HECK
Médico Veterinario
ARGENTINA